
“La paciencia es el arte de esperar floreciendo.”
A veces, lo más poderoso que puedes hacer es permitir que las cosas se desarrollen a su propio ritmo. La paciencia no es pasividad, sino la confianza en que, con el cuidado adecuado y el tiempo necesario, tus esfuerzos darán fruto.
Imagina un agricultor que planta una semilla. No desentierra la planta cada día para ver si ha crecido. Confía en el proceso, en la tierra, en el sol. Tu energía diaria también debe incluir esta confianza. Ten el aliento para permitir que tus metas maduren.