“La dicha es la resonancia del corazón que encuentra su eco en el amor incondicional, tanto dado como recibido.”

El amor, en su forma más pura, es un catalizador de la felicidad profunda. Cuando amamos sin condiciones, creamos un campo vibratorio de gozo.

Piensa en dos diapasones que, al vibrar, hacen resonar al otro. De manera similar, cuando ofrecemos amor sincero, provocamos una respuesta de dicha en los demás, y esa resonancia regresa a nosotros multiplicada, creando un bienestar compartido.

Es el placer de la conexión íntima y del dar desinteresado.