“La gota persistente, con su ritmo inquebrantable, tallará el granito de la imposibilidad.”

Esta frase evoca la idea de que incluso la acción más pequeña, si se repite con constancia, puede lograr resultados extraordinarios. Es el poder de la persistencia metódica.

Imagina un artista tallando una obra maestra a partir de un bloque de mármol. No es un solo golpe, sino miles de cinceladas precisas y repetidas las que revelan la forma oculta. Cada golpe, aunque minúsculo, contribuye al resultado final.

La determinación de la gota, su ritmo constante, es lo que la permite superar la resistencia aparente del granito, demostrando que la perseverancia puede vencer incluso lo que parece inquebrantable.