“La llama de la determinación arde más fuerte cuando el viento del fracaso intenta apagarla.”

La determinación es esa chispa interior que se intensifica ante la adversidad. En lugar de extinguirse, el viento de los reveses aviva su fuego.

Imagina una hoguera en una noche ventosa. Si la leña es buena y la llama es fuerte, el viento no la apaga, sino que la hace danzar y brillar con más intensidad. Así es la determinación: se alimenta de los desafíos.

La resistencia ante la presión es lo que permite que esa llama se convierta en un faro, guiando hacia el éxito a pesar de las turbulencias.