“Donde otros ven un muro infranqueable, el persistente vislumbra una escalera ascendente.”

La persistencia no es simplemente la acción de seguir intentándolo; es la habilidad de reinterpretar las dificultades como oportunidades de crecimiento.

Imagina a un escalador que se enfrenta a una pared rocosa. En lugar de ver un obstáculo, busca las pequeñas grietas, los salientes que otros no perciben. Esa visión agudizada, esa fe en la propia capacidad de ascender, es la marca del persistente.

Cada tropiezo se convierte en un peldaño más, cada obstáculo superado, en una experiencia que fortalece la resolución. Es la constancia en la búsqueda de la cima.