“El impulso no es un destino, sino la energía que teje el camino hacia él.”

Tendemos a ver el impulso como algo que te lleva directamente a la meta. Pero en realidad, el verdadero impulso reside en la creación del camino mismo.

Imagina a un tejedor habilidoso creando un tapiz complejo. Cada hilo que pasa, cada nudo que hace, es una acción que, poco a poco, va dando forma a la imagen final. El impulso no es el tapiz terminado, sino el acto de tejer.

Tu energía diaria, aplicada con constancia a las tareas, es lo que teje el entramado de tu progreso. Cada hilo de esfuerzo es lo que te acerca a tu destino, haciendo del propio viaje la verdadera fuente de motivación.