“Que la chispa de hoy encienda la llama de tus mañanas.”

El amanecer no es solo el inicio de un nuevo día, sino la oportunidad de encender una nueva hoguera de propósitos. Cada mañana, al abrir los ojos, tienes la potestad de avivar esa pequeña chispa interna, esa energía que te impulsa a moverte, a crear, a soñar.

Esta chispa es el aliento vital que necesitamos para enfrentar lo desconocido, el primer empujón que disipa la pereza. Piensa en ella como la primera luz que se filtra por una ventana, prometiendo calidez y visibilidad. No la dejes extinguirse en la penumbra del desánimo; cultívala con pensamientos positivos y la convicción de que cada instante es un lienzo en blanco esperando tu pincel.