
“Despliega tus alas de propósito y surca el cielo de tus posibilidades.”
La vida a menudo nos presenta encrucijadas. En lugar de quedarnos anclados, como aves cautivas en su jaula, debemos recordar que poseemos la capacidad de elevarnos. El propósito es el viento que infla nuestras alas, permitiéndonos alcanzar horizontes que antes parecían inalcanzables.
Imagina la vastedad azul del cielo. Cada día es una invitación a desplegar esas alas metafóricas, a confiar en la fuerza interior que te sostiene. No temas las corrientes de aire o las nubes pasajeras; son parte del viaje. Con cada batir de tus alas, fortaleces tu espíritu y te acercas más a la libertad de ser quien realmente aspiras a ser.