“Que la gravedad de tus metas te eleve hoy, en lugar de anclarte.”

A menudo, la ambición puede sentirse como un peso, una responsabilidad que nos hunde. Sin embargo, la verdadera motivación convierte ese peso en aliento, en la fuerza propulsora que nos impulsa hacia el cielo de nuestros deseos.

Imagina que cada meta es un cohete. Al principio, la masa parece inmensa, el combustible es vasto. Pero una vez encendido, esa misma masa se convierte en el motor, y el combustible, en la energía pura que desafía la atmósfera. Hoy, deja que tus objetivos te eleven, que te inspiren a despegar y alcanzar nuevas alturas.