“El fracaso no es un punto final, sino un signo de interrogación que te invita a reformular tu camino.”

Cada tropiezo es una lección disfrazada, un maestro inesperado en el arte de perseverar.

Piensa en un inventor que, a través de innumerables prototipos fallidos, finalmente da con la clave de una invención revolucionaria. Su determinación no se quiebra, sino que se fortalece con cada intento. Tú también posees esa capacidad de resiliencia.

Esta inspiración constante se encuentra en la habilidad de aprender de los errores, de utilizarlos como trampolín. Hoy, si te enfrentas a un revés, no lo veas como una derrota, sino como una oportunidad para ajustar tu estrategia y seguir adelante con un ánimo renovado.