“El bienestar es la arquitectura de momentos, no la construcción de un edificio.”

A menudo buscamos la felicidad como si fuera un gran monumento, una estructura sólida e inmutable. Sin embargo, el gozo se encuentra en la suma delicada de pequeñas experiencias.

Piensa en la alegría de una conversación sincera, el placer de un atardecer compartido, la satisfacción de completar una tarea con esmero. Estos instantes, unidos como ladrillos invisibles, construyen el edificio de nuestra dicha.

La clave está en apreciar la fugacidad y la belleza intrínseca de cada fragmento de felicidad.