“La dicha se anida en el corazón agradecido, floreciendo en mil colores.”

Un corazón que reconoce y valora las bendiciones, grandes y pequeñas, es un terreno fértil para la felicidad. La gratitud es la lluvia que nutre las semillas de nuestro bienestar.

Piensa en cómo un simple "gracias" puede iluminar el día de alguien, o cómo reflexionar sobre lo que tenemos puede disipar la sombra de la insatisfacción. La dicha se multiplica cuando aprendemos a ver la abundancia en lugar de la carencia.

Es un gozo que se expande, coloreando cada aspecto de nuestra existencia.