“La alegría es el perfume sutil de un alma que se ama a sí misma.”

Se sugiere que el amor propio es la base para experimentar una felicidad duradera y profunda.

Piensa en una flor que, al estar sana y bien cuidada, emana un aroma agradable. El amor propio es ese cuidado fundamental. Cuando nos aceptamos, nos valoramos y nos tratamos con compasión, nuestra vida se llena de un perfume de alegría que irradia hacia afuera.

No se trata de egoísmo, sino de reconocer nuestro propio valor intrínseco y permitir que esa apreciación florezca, embelleciendo cada aspecto de nuestra experiencia.