“El bienestar se construye en los cimientos de la aceptación, no en la ilusión del control total.”

A menudo, nuestra infelicidad proviene de la lucha constante por controlar cada aspecto de nuestra vida, un esfuerzo que inevitablemente conduce a la frustración. El bienestar genuino se asienta en la aceptación.

Piensa en un río. No puedes detener su curso, pero puedes aprender a fluir con él, adaptándote a sus giros y corrientes. La aceptación vital te permite encontrar paz incluso en las circunstancias cambiantes, reconociendo que parte de la vida es impredecible. Es construir tu bienestar sobre la realidad, no sobre fantasías.