“La serenidad es el arte de navegar las aguas de la vida con un corazón anclado en la gratitud.”

El Corazón Anclado en la Gratitud

La serenidad, esa calma interna que es sinónimo de felicidad, se cultiva anclando nuestro corazón en la gratitud. Es un arte de navegación, no de evitación, de las circunstancias que la vida nos presenta.

Piensa en un navegante experto. No espera que el mar esté siempre en calma; aprende a leer las corrientes, a ajustar las velas y a confiar en su ancla. De manera similar, la alegría se mantiene cuando, a pesar de las tormentas, reconocemos las bendiciones que nos sostienen.

Este bienestar constante, esta satisfacción profunda, proviene de un corazón que ve la abundancia, incluso en la escasez.