“El gozo es el fruto que madura en la rama de la gratitud, saboreado en cada instante.”

El gozo, esa sensación de profunda satisfacción, no brota de la nada. Es el resultado dulce y maduro que se obtiene al cultivar la gratitud en nuestro interior, permitiendo que cada momento sea una oportunidad para apreciarlo.

Piensa en un árbol frutal que, a través de un cuidado constante y el aprecio por sus frutos, nos recompensa con su generosidad. De igual forma, al agradecer las bendiciones, grandes o pequeñas, permitimos que el gozo florezca y se saboree plenamente en el continuo presente.