“El placer reside en el arte de construir puentes hacia los demás, creando conexiones que nutren el alma.”

El placer, en su forma más profunda y duradera, a menudo se encuentra en las relaciones humanas. Es el regocijo que nace de tender la mano, de crear vínculos significativos y de compartir la existencia con otros.

Piensa en la arquitectura de un puente, uniendo dos orillas separadas. De manera similar, al esforzarnos por comprender, apoyar y conectar con las personas, construimos puentes que enriquecen nuestras vidas y la de ellos. Esta satisfacción relacional es un pilar fundamental del bienestar.