“La felicidad se encuentra en la aceptación, no en la resistencia.”

Cuanto más nos resistimos a lo que la vida nos trae, más sufrimos. La verdadera paz y felicidad llegan cuando dejamos de luchar contra las circunstancias y aceptamos lo que es. La aceptación no significa rendirse, sino reconocer que la vida fluye a su propio ritmo y que nosotros podemos elegir cómo navegarla.

Al aceptar, dejamos espacio para que la paz y el gozo entren en nuestra vida.

La felicidad comienza cuando aprendemos a aceptar lo que no podemos cambiar.