“La alegría crece cuando compartimos lo que tenemos, no cuando acumulamos más.”

El gozo no se mide por lo que poseemos, sino por lo que somos capaces de compartir. La verdadera satisfacción se encuentra en la generosidad, en cómo nuestro bienestar se multiplica cuando lo compartimos con los demás.

Al dar, no solo beneficiamos a los demás, sino que enriquecemos nuestras propias vidas, llenándolas de amor y gratitud.

La felicidad crece cuando la compartimos.