“La felicidad no está en el tener, sino en el ser.”

La verdadera satisfacción no proviene de las posesiones materiales, sino de nuestra capacidad de ser lo que realmente somos. Nos enfocamos tanto en adquirir cosas que olvidamos que lo más valioso es nuestro ser y las relaciones que cultivamos.

Al centrarnos en nuestro crecimiento interior y en nuestras conexiones, descubrimos una felicidad que es mucho más profunda y duradera.

La felicidad es ser, no tener.