“El gozo reside no en evitar las sombras, sino en bailar bajo la luz que las define.”

La frase nos invita a replantear nuestra percepción de la felicidad. A menudo, la buscamos en la ausencia de problemas, en la evasión de la tristeza y la dificultad.

Pero la verdadera dicha, la satisfacción profunda y duradera, no se encuentra en la negación de lo negativo, sino en la capacidad de abrazar la totalidad de la experiencia humana. Implica aceptar las sombras, reconocer su existencia y aprender de ellas.

• Es la luz, en su contraste con la oscuridad, la que permite apreciar la belleza y la complejidad del mundo.
• Es el baile, la acción de moverse a pesar de las sombras, lo que nos da la fuerza y la resiliencia para seguir adelante.

En resumen, el bienestar auténtico se cultiva al encontrar la alegría en medio de la adversidad y al permitir que las dificultades nos fortalezcan en lugar de debilitarnos.