“Anidar la alegría en los pliegues del presente es sembrar la dicha para mañana.”

Esta metáfora nos invita a cultivar la felicidad no como una meta lejana, sino como una práctica diaria. Se trata de encontrar el **bienestar** en los momentos actuales, por pequeños que sean, sabiendo que estas acciones nutren nuestra capacidad futura de sentirnos plenos.

Piensa en un jardín. Si solo te enfocas en la floración futura, descuidarás la tierra. Pero al cuidar las semillas hoy, al regar y abonar el suelo, estás garantizando la belleza que verás mañana. Así, cada instante de **gozo** que conscientemente creamos en el presente es un pilar para una felicidad más robusta en el futuro.

Es como coleccionar momentos: un café saboreado con calma, una conversación sincera, una caminata al atardecer. Estos son los tesoros que, al atesorarlos, construyen un legado de **satisfacción**.