“El gozo es el eco de un alma en paz, incluso en medio del vendaval.”

No se trata de que la tormenta no llegue, sino de encontrar la calma interior que te permita bailar con el viento. El gozo genuino es esa serenidad que emana de un espíritu en armonía, capaz de encontrar belleza y aprendizaje incluso en los momentos más desafiantes.

Imagina un árbol robusto cuyas raíces son profundas y firmes. Los vientos pueden azotar sus ramas, pero su tronco permanece erguido. De igual manera, cultivar la paz interior nos permite experimentar un bienestar duradero, un placer que no es fácilmente perturbado por las vicisitudes de la vida.