“En el jardín del corazón, el cariño es la tierra fértil donde germina la flor de la devoción.”

Se utiliza la metáfora de un jardín para ilustrar cómo el cariño actúa como la base esencial para el desarrollo de una devoción sincera y profunda.

El cariño representa el cuidado constante, el riego y la nutrición que requiere una semilla. Sin esa base de afecto y atención diaria, la devoción, esa flor hermosa y compleja, nunca llegaría a abrir sus pétalos y mostrar su esplendor, quedando como un sueño latente.