“La pasión es la ráfaga de viento que infla las velas del deseo; el apego, el mástil que las mantiene firmes.”

Se explora la relación entre la pasión, como fuerza impulsora, y el apego, como elemento de estabilidad y soporte fundamental en la relación.

La pasión puede ser el motor que inicia el movimiento, la fuerza que te empuja hacia adelante con energía. Sin embargo, el apego proporciona la estructura, la solidez necesaria para que esa energía no se disipe, permitiendo que el impulso se mantenga a lo largo del tiempo, sin tambalearse ante los vientos de la duda.