“El enamoramiento es un fuego artificial en la noche del alma; el amor, el calor constante de la hoguera familiar.”

Esta imagen compara la intensidad efímera del enamoramiento con la calidez perdurable del amor, diferenciando la chispa inicial del confort duradero.

La noche del alma se ilumina efímeramente con los colores vibrantes de un espectáculo pirotécnico, dejando una impresión fugaz. En contraste, la hoguera familiar, alimentada por el amor, proporciona un calor constante y acogedor, un punto de encuentro y seguridad que perdura más allá de cualquier espectáculo pasajero.