“El afecto es el hilo invisible que teje las almas en un tapiz de entendimiento mutuo.”

Esta frase nos habla del afecto no solo como un sentimiento, sino como un proceso activo de conexión. Es la urdimbre y la trama que unen dos existencias, creando algo más grande que la suma de sus partes.

Imagina dos hebras de seda, solas, frágiles. Pero cuando se entrelazan con propósito, con cariño, forman un tejido resistente y hermoso, capaz de soportar las inclemencias del tiempo y embellecer el espacio que ocupa. Así es el afecto: una fuerza que, con constancia y delicadeza, construye puentes entre corazones.