“La devoción es el silencio reverente ante la magnificencia del otro.”

La devoción va más allá del simple amor; implica una entrega total, un respeto profundo que reconoce la grandeza intrínseca en la persona amada.

Piensa en alguien que se acerca a un santuario ancestral, no con prisa, sino con una profunda admiración. La devoción es esa quietud interior, ese sentimiento de asombro y reverencia que se experimenta al contemplar algo verdaderamente sagrado. En este caso, lo sagrado es el ser que amamos.

Es un estado de gracia donde el alma se inclina ante la belleza y la bondad que ha encontrado.