“En el jardín del amor, la reciprocidad es el sol que nutre cada flor.”

El amor florece y se fortalece cuando hay un intercambio mutuo de afecto, cuidado y comprensión. La reciprocidad es la energía vital que permite que los sentimientos crezcan y se mantengan saludables.

Visualiza un jardín donde las plantas reciben luz y agua equitativamente. Si solo una recibe el sol, las otras languidecerán. El amor es similar; necesita que ambas partes ofrezcan y reciban para que prospere. El dar y recibir es el ciclo que mantiene vivo y vibrante el vínculo.

Es la ley natural de las relaciones sanas, donde el dar nutre al recibir, y viceversa, creando un ecosistema de bienestar compartido.