“El amor es el eco de un corazón en el océano de la existencia, encontrando su propia resonancia.”

En la inmensidad de la vida, donde las experiencias pueden sentirse dispersas y aisladas, el amor actúa como un poderoso principio de conexión y reconocimiento.

Imagina lanzar una piedra a un lago sereno. Las ondas se expanden, tocando cada borde. De manera similar, cuando sentimos amor, nuestro espíritu se expande, buscando y encontrando afinidad en otro ser. Este vínculo entrañable no es solo una atracción superficial, sino un reconocimiento profundo de similitud o complementariedad en el alma, creando una onda de entendimiento que une dos mundos.

Es la pasión de descubrir un reflejo en el vasto mar de la humanidad.