“La tenacidad no es no caerse, sino levantarse siempre con la mirada en el horizonte.”

Esta frase encapsula la esencia de la resistencia ante la adversidad. No se trata de una vida exenta de tropiezos, sino de la habilidad innata del espíritu humano para recuperarse.

Imagina una vela que, a pesar de los vientos furiosos que amenazan con extinguirla, reaviva su llama con cada ráfaga, proyectando una luz más fuerte y desafiante.

Es la determinación silenciosa de la roca que, golpeada una y otra vez por el mar, se mantiene firme, moldeándose pero sin ceder su lugar.