“El fuego de tu propósito se aviva con cada ráfaga de viento contrario.”

Las dificultades no deben apagar tu motivación, sino ser el oxígeno que avive su llama. La constancia es la habilidad de convertir los desafíos en combustible.

Piensa en una hoguera que, al soplarle con fuerza, arde con más intensidad. Los obstáculos son esas ráfagas que, si las canalizas con tu determinación, hacen que tu propósito brille con mayor fuerza.