“La persistencia es el latido constante del soñador que se niega a silenciarse.”

Piensa en un músico que practica horas y horas cada día, o un escritor que llena página tras página. La persistencia es ese ritmo interno, esa melodía que acompaña al soñador incluso cuando las notas parecen desafinar o las palabras no fluyen.

Es la constancia en la búsqueda de un ideal, la negativa a aceptar el silencio del fracaso. Este latido es la prueba de que el sueño aún vive, alimentado por la determinación de quien no se rinde. Es la voluntad de seguir creando, de seguir componiendo la sinfonía de su propia vida, sin importar los compases lentos o los silencios prolongados.