“Donde la resistencia se entrena, la victoria teje su tapiz.”

Imagina un guerrero espartano en el monte Taigeto, sometido a un riguroso entrenamiento. La resistencia no es solo una cualidad física, sino una fortaleza mental forjada en la adversidad. Cada gota de sudor, cada múscula dolorida, es un hilo que se añade a la tela de la victoria futura.

Esta frase sugiere que la victoria no es un regalo fortuito, sino el resultado directo de haber cultivado la firmeza ante el desafío. Es el proceso de superar la fatiga, el dolor y la duda lo que nos prepara para la gloria. Sin esa preparación, sin ese temple, el momento cumbre de la victoria sería inalcanzable, como un tapiz que nunca llega a completarse.