“La constancia es el murmullo que ahoga el grito de la renuncia.”

Escucha el sonido del agua erosionando la roca. No es la fuerza del impacto lo que la desgasta, sino la constancia del goteo, un murmullo persistente que, con el tiempo, vence la dureza.

Así es la perseverancia; un sonido suave pero ininterrumpido de tenacidad que silencia las voces de la duda y el desaliento. Es el eco de la acción continua, un recordatorio de que la paciencia y la repetición son fuerzas transformadoras.