“No temas al largo camino; teme detenerte en él.”

El viaje hacia un objetivo puede ser extenso, e incluso desalentador. Sin embargo, el verdadero peligro no reside en la duración del camino, sino en la inacción, en la decisión de renunciar antes de haber dado suficientes pasos.

Imagina una maratón. El corredor no teme los kilómetros por delante, sino la posibilidad de que sus piernas se nieguen a continuar. La perseverancia es el motor que te impulsa a seguir recorriendo esos kilómetros, sin importar su número.