“La tenacidad es el cincel que esculpe el mármol del fracaso en la estatua del éxito.”

La tenacidad, esa fuerza silenciosa que nos impulsa a seguir adelante cuando la lógica nos dice que paremos. Imagina un escultor ante un bloque de mármol crudo, lleno de imperfecciones y promesas ocultas. Cada golpe de su cincel, aunque sea pequeño, va revelando la forma que anhela. De igual modo, nuestros tropiezos y errores no son el fin, sino las asperezas que la persistencia va puliendo.

En cada intento fallido hay una lección, una guía que nos acerca a la visión final. No se trata de evitar el dolor o la dificultad, sino de aprender a bailar con ellos. Es la determinación inquebrantable la que transforma el material bruto de nuestras experiencias en una obra maestra de resiliencia y logro. Es el arte de seguir golpeando, incluso cuando el mármol parece impenetrable.