“El eco de tus pasos firmes resuena en el silencio de la duda.”

Imagina un explorador solitario adentrándose en una selva impenetrable. Las hojas crujen bajo sus botas, cada avance es una victoria contra la maleza que se interpone. El silencio del bosque es denso, solo roto por el latido de su propio corazón y el sonido de sus pisadas. Ese eco de sus pasos es la manifestación audible de su **tenacidad**, una melodía que ahoga las voces internas que susurran "detente". Es la prueba de que, aunque el camino sea oscuro y desconocido, la **determinación** individual puede trazar un sendero donde antes solo había un muro de incertidumbre.