“La constancia no se mide por la ausencia de caídas, sino por la dignidad con la que nos volvemos a levantar.”

Caer es parte del aprendizaje, un tropiezo en el camino. Lo que verdaderamente define nuestra fortaleza es la dignidad y la determinación con la que nos recuperamos. La constancia no es la ausencia de debilidad, sino la resistencia ante la tentación de permanecer en el suelo.

Piensa en un luchador que cae a la lona. El árbitro cuenta, pero si se levanta antes del diez, la pelea continúa. Esa voluntad de levantarse, de enfrentarse nuevamente, es la esencia de la constancia, un testimonio de un espíritu indomable.