“El alquimista de la perseverancia transmuta los fracasos en oro de sabiduría.”

La perseverancia actúa como un alquimista, tomando los elementos aparentemente inútiles de los errores y las decepciones, y transformándolos en la valiosa sabiduría que solo la experiencia puede brindar.

Imagina a un antiguo alquimista intentando convertir el plomo en oro. A través de innumerables experimentos fallidos, aprendió los principios fundamentales de la materia. Cada "fracaso" era en realidad un paso más en su búsqueda del conocimiento. La tenacidad era su ingrediente secreto.

Es la firmeza para seguir experimentando, la resistencia a la desesperación, lo que permite que la sabiduría se acumule y el éxito eventual se manifieste.