“La fuerza para avanzar no se encuentra en el destino, sino en la decisión diaria de dar el siguiente paso.”

A menudo, nos enfocamos tanto en la meta que olvidamos la importancia de cada paso. La motivación diaria reside en el compromiso con el progreso, sin importar cuán pequeño sea.

Considera a un caminante que, en un largo viaje, se concentra en cada pisada en lugar de en la distancia total. Ese es el poder del estímulo constante: la voluntad de continuar, una y otra vez. Cada paso es un acto de fe en tu capacidad.

Confía en la acumulación de esos pequeños avances. Son ellos los que te llevarán a donde necesitas estar.