“La inspiración no siempre llama, a veces hay que buscarla en la acción.”

Esta idea desafía la noción pasiva de la inspiración, sugiriendo que a menudo surge de la actividad y el movimiento, no solo de la espera.

Imagina que la inspiración es un animal salvaje. No siempre se acerca a tu puerta; a veces, tienes que salir a su encuentro, seguir sus huellas en el terreno de la acción.

El aliento para empezar se encuentra en el simple acto de hacer, de dar el primer paso, porque es en el proceso mismo donde la chispa creativa suele encenderse.