“Sé el susurro que impulsa tu propia audacia.”
A veces, el aliento que más necesitamos no viene de fuera, sino de ese eco interno que nos anima a ser valientes. Sé tú mismo ese susurro persistente que te empuja a ir más allá.
Piensa en el primer pensamiento que te anima a intentarlo de nuevo después de un tropiezo. Ese es el susurro. Es una voz íntima, pero poderosa, que te recuerda que tu capacidad es mayor de lo que imaginas.