“La gratitud matutina es el combustible que aviva tu motor interno.”
Comenzar el día agradeciendo las bendiciones, grandes o pequeñas, sintoniza tu espíritu con una frecuencia de abundancia y positividad. Este acto simple es el combustible más potente para tu motor interno.
Imagina un coche antiguo que necesita un arranque especial. La gratitud es esa chispa que enciende su motor. Al agradecer lo que tienes, abres las puertas a recibir aún más, cargando tu día con una energía contagiosa.