“El primer paso es el eco de tu audacia.”
La inmensidad del camino a recorrer puede parecer paralizante, pero la verdadera valentía no reside en la ausencia de miedo, sino en la determinación de dar ese primer impulso. Es el sonido de tu propio coraje respondiendo a la llamada de la acción.
Imagina la primera brazada de un nadador en aguas abiertas. No ve el final, solo el vasto azul que se extiende. Su éxito no está en llegar a la otra orilla, sino en la valentía de sumergirse, en el coraje de ese primer movimiento que rompe la quietud.