“Convierte el "no puedo" en "aún no lo he intentado"; cada intento es una pincelada de audacia en el lienzo de tus posibilidades.”

La frase "no puedo" es una barrera autoimpuesta. En cambio, reinterpretarlo como "aún no lo he intentado" abre un universo de posibilidades infinitas. Cada intento es una pincelada de valentía en la obra maestra de tu vida.

Este impulso audaz te empodera. Piensa en un artista frente a un lienzo en blanco, dudando en dar el primer trazo. Al decidir pintar, a pesar del miedo al fracaso, está infundiendo su obra con energía creativa. Tu motivación diaria reside en esa disposición a seguir pintando, a pesar de las dudas.