“Siembra intenciones, cosecha realidades.”
Nuestros pensamientos y acciones son como semillas. Si las cultivamos con propósito y atención, los frutos que recogeremos serán aquellos que realmente deseamos ver en nuestra vida.
Es como un jardinero que, antes de plantar, elige cuidadosamente las semillas, prepara la tierra y las riega con esmero. La intención es la tierra fértil y la energía que ponemos en nuestros actos es el sol que permite el crecimiento.