“La fuerza no reside en la ausencia de debilidad, sino en la valentía para actuar a pesar de ella.”

Nadie está exento de momentos de fragilidad o de la sombra de la inseguridad. Reconocer estas debilidades no es un signo de flaqueza, sino un preludio a la verdadera fortaleza.

Es en el acto de seguir adelante, a pesar del temblor en las rodillas o la duda en el corazón, donde se forja el carácter. Tu determinación es el motor que impulsa la acción, transformando la vulnerabilidad en un trampolín.

No te detengas ante la imperfección; abraza tu humanidad y descubre el poder que emana de tu coraje.