“La energía del día no se crea, se canaliza a través de tu enfoque.”

No se trata de generar una fuerza mística desde la nada, sino de dirigir inteligentemente la energía que ya posees. El día, en sí mismo, es un conducto de potencial.

Tu concentración actúa como la válvula que regula y dirige este caudal. Al enfocar tu atención en las tareas prioritarias, canalizas tu energía de manera efectiva, maximizando tu impacto.

Sé el ingeniero de tu propio flujo de trabajo; dirige tu atención y verás cómo la energía del día te impulsa hacia adelante.