“No esperes la inspiración, conviértete en el arquitecto de tu propio impulso creativo.”

La inspiración no es una musa esquiva que llega sin ser llamada; a menudo, es el resultado de la acción y la dedicación. Sé tú quien construya las bases para que las grandes ideas germinen.

Piensa en un escultor que, con cincel y martillo, da forma a la piedra bruta. No espera que la estatua aparezca por arte de magia; él es quien ejerce la fuerza, quien modela la materia. Tu motivación diaria está en esa acción decidida, en el trabajo constante que modela tu destino.